Modo Avión | El mito del origen
Bienvenidos a una nueva edición del newsletter donde supuestamente hablamos de Iceberg pero en realidad no.
1 La semana pasada nos invitaron a explicar qué es Iceberg en el 15° Foro Internacional de Periodismo Digital organizado por la Escuela de Comunicación de la UNR. Compartimos mesa con Franco Trovato, de El Ciudadano, y estuvo muy bueno porque estas experiencias nos sirven bastante para tener más claro hacia dónde ir. Del encuentro me quedó esta pregunta:¿queda algo del periodismo que no sea digital?
2 Tengo otras preguntas que me desvelan además de esta. Una es saber cuánto de lo que sucede en los últimos tiempos en el mundo me enoja por los hechos en sí y cuánto por repetición. Voy a tratar de explicarlo mejor: sufro una sensación de fastidio permanente por vernos -escribo acá en primera del plural porque soy parte de la humanidad- cometer los mismos errores una y otra vez. A riesgo de parecer un viejo meado voy a dedicar gran parte de este newsletter a esta cuestión, así que aviso con anterioridad para aquellas y aquellos que se deprimen fácil porque tienen asuntos sin resolver con el paso del tiempo. Si no les gusta, vayan a ver uno de esos streaming donde se ríen todo el tiempo.
3 Hace muchísimo tiempo leí una de esas sagas de ciencia ficción que abundan en el panorama literario. Leí un montón de esas, pero a esta nunca me la puede sacar de la cabeza. La trilogía Heliconia: Primavera (1982), Verano (1983) e Invierno (1985), de Brian Aldiss, -editada como corresponde por Minotauro- trata sobre un planeta con dos soles, uno pequeño y cercano, otro enorme y lejano. Esta particular disposición estelar provoca a su vez que en Heliconia haya dos años: uno corto similar al nuestro, con pequeñas variaciones climáticas entre las estaciones, y otro de más de 2.500 años terrestres que implica que generaciones enteras sufren un calor terrible por siglos y otras una era glacial también larguísima. En este juego de cajas dentro de cajas conviven en este mundo dos razas inteligentes: los humanos (que se desarrollan mejor en tiempos de calor) y los phagor (más aptos para tiempos helados). El dispositivo que crea el autor implica que cada vez que la civilización humana avanza, en sus años buenos, a un estado de evolución similar al del Renacimiento europeo del 1300 llega un prolongado invierno devastador que no deja ningún rastro de lo anterior y obliga a empezar de cero. La generación humana que sobrevive y emerge tras la era glacial tiene poco o nada de información del otoño anterior y el ciclo se repite invariablemente.
4 La cuestión de los ciclos generacionales, históricos, económicos y políticos es algo que la ciencia ficción viene tratando desde que el género existe. Por ejemplo, en la saga Fundación, de Isaac Asimov (son un montón de libros con precuelas y secuelas), el matemático Hari Seldon crea la teoría de la psicohistoria, una serie de algoritmos matemáticos que pueden predecir el futuro de grandes poblaciones y la caída de los imperios en base a lo que ya pasó. Hay una serie que ya lleva dos temporadas en Apple TV que adapta estas novelas y está muy bien, la recomiendo.
5 “La historia ocurre dos veces: primero como tragedia y después como farsa”, escribe Carlos Marx en el comienzo de El dieciocho de Brumario de Luis Bonaparte. Mi sensación es que se quedó corto: la historia ocurre muchas veces, como tragedia y como farsa sin solución de continuidad.
6 En 1991, William Straus y Neil Howe publicaron Generaciones, un texto que sienta las bases de una teoría recurrente de la historia de los Estados Unidos de Norteamérica. Me enteré de la existencia de esta teoría gracias a la recomendación que me hizo un amigo pelotari de El cuarto giro: lo que los ciclos de la historia nos enseñan sobre el porvenir de nuestra sociedad, editado en 1997. Me lo bajé para leer pero apenas lo pude ojear para escribir esto porque venía al caso. Lo que hicieron Strauss y Howe es dividir la historia en periodos de 85 años (lo que dura una vida humana aproximadamente) y estos, a su vez, en cuatro generaciones, de 21 años cada una, más o menos. El primer “giro” sería La Cumbre, que viene tras una crisis, donde triunfa el colectivismo y la estabilidad en la sociedad, ya que la mayoría de la población aprecia haberse recuperado de tiempos difíciles. El segundo giro es el Despertar, donde aparece la rebeldía al status quo y un incipiente paso del colectivismo al individualismo. Continúa con el Desmoronamiento, el tercer giro, donde se potencia el distanciamiento entre las personas que se vuelven cada vez más individualistas. Todo concluye en el cuarto giro: Crisis total y después vuelta a empezar. A cada uno de esos giros le corresponde un arquetipo generacional de humano según la época en que hayan transitado su infancia: Profeta, Nómade, Héroe y Artista.
Esta teoría no fue muy bien recibida por la academía, aunque los libros se vendieron bastante. Igual, hay varios asuntos que son más que interesantes, algunos propios de la obra, otros del contexto y uno que me llama la atención a mí por cuestiones personales. Vamos a enumerarlos:
-El libro de 1997 “predice” cosas que suceden hoy con bastante “precisión”: no solo el individualismo propio de este período de Occidente, sino hechos que se pueden asimilar a la pandemia de Covid de 2020 y al ascenso de Donald Trump y la extrema derecha en el mundo. Claramente estamos entrando en lo que los autores llaman Crisis.
-El cuarto giro: lo que los ciclos de la historia nos enseñan sobre el porvenir de nuestra sociedad fue recomendado públicamente por figuras de un espectro ideológico tan amplio como el referente de la ultraderecha yanqui Steve Bannon y la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner.
-Lo loco es lo corto de estos períodos generacionales de 21 años a comparación de otras teorías históricas de repetición cíclica. No hay catástrofes que borran todo en el medio ni milenios de frío que provocan olvido. La fuerza de estos cambios entre generaciones es la experiencia humana. Solamente hay registro de lo que se sufre y se vive, como si algo llamado historia no existiese.
-Los autores asemejan estos cuatro giros a las estaciones del año: Primavera, Verano, Otoño e Invierno. Como en Heliconia. Como en Juego de Tronos: ¡Winter is coming!
7 Hay otro libro que me interesó por su título y por su autor y que todavía no pude conseguir: Un día, todos van a haber estado siempre en contra de esto, del periodista egipcio/canadiense Omar El Akkad. Es una no ficción sobre lo que sucede en Gaza, pero la frase podría aplicarse a cualquier cosa. El Akkad escribió en un tweet lo siguiente: "Un día, cuando sea seguro, cuando no haya ningún costo personal por llamar a las cosas por lo que son, cuando sea muy tarde para que alguien se haga responsable, todos van a haber estado en contra de esto”.
8 Llegando acá no sé si tengo una respuesta a la pregunta que planteo en el punto 2. A lo mejor la vida es eso: acostumbrase a ver la lucha eterna entre colectivismo e individualismo mientras las victimas se acumulan. Algun día, tal vez, también vamos a haber estado en contra de esto.
9 En fin, hablando de cosas que se repiten en ciclos perfectos, este año se decidió conmemorar los 300 años de Rosario. Hace un siglo, en 1925, se festejaron los 200. Lo que no se festejó fue el centenario, ya que en 1825 a nadie se le había ocurrido poner una fecha para ese asunto. ¿Por qué? De eso vamos a hablar la semana que viene en este medio: del origen del mito del origen de esta ciudad. Para matizar la espera, les dejo un disco hermoso que publicó mi hermano Mariano Conti en 2015 y que lleva por título el mismo que este Modo Avión. No tiene mucho que ver pero sí.